
Es una película dirigida por el cineasta español, más tarde naturalizado mexicano, Luis Buñuel, en Francia en 1930.
El hecho de que esta segunda película fuera escrita y rodada una vez que Buñuel formaba parte ya del grupo surrealista de París es un dato realmente importante a la hora de contextualizar esta película como obra surrealista y para poder apreciar todo su valor plenamente.
Y es surrealista no sólo en la forma externa, en las diferentes escenas, en las imágenes impactantes que sobresaltan a los espectadores o en las arriesgadas asociaciones y metáforas. Es, además y esencialmente, una manifestación surrealista en su contenido, en el fondo, en la medida en que relata una historia de amor pasional que trata de romper las barreras que se le imponen, los límites. Asimismo, hay un trasfondo de rebelión, revolución y cuestionamiento de las normas morales y sociales muy evidente.
Son estos dos los hilos argumentales esencialmente surrealistas en la cinta, con algunos añadidos quizá no tan evidentes.
La edad de oro fue financiada por el vizconde de Noailles, un sofisticado mecenas que había patrocinado varios proyectos artísticos de vanguardia. Buñuel decidió escribir el guión de la misma manera que el de Un perro andaluz y viajó a Figueras para verse con Dalí.
Muy a su pesar, Buñuel se dio cuenta de que el encanto de su amistad con el pintor catalán se había perdido por completo. A los tres días, fastidiado por los desacuerdos y por la intervención de Gala, la mujer de Dalí, Buñuel decidió poner punto final a la colaboración. Varios años después esta ruptura, amigable en apariencia, tendría efectos devastadores en la relación entre los dos genios.
Sinopsis:
Después de un prólogo documental sobre las costumbres del alacrán, unos bandidos descubren a un grupo de arzobispos orando en un acantilado. La fundación de la Imperial Roma, celebrada en el sitio donde oraban los clérigos, se ve interrumpida por los lances amorosos de una pareja que es separada. El hombre es conducido a prisión pero logra escapar y se refugia en casa de su amada. Durante una fiesta, la pareja intenta consumar su pasión sin éxito. Finalmente, los sobrevivientes de una criminal orgía, entre los que se encuentra el duque de Blangis, salen del castillo de Selliny.
Comentario:
El éxito de Un perro andaluz (1928) y su aceptación dentro del exclusivo círculo de los surrealistas motivó a Luis Buñuel a realizar una segunda película más audaz que la primera. Con esta idea, Buñuel inició los preparativos de La edad de oro sin imaginar que en poco tiempo se vería envuelto en uno de los escándalos más memorables de la historia moderna de París.
La ausencia de sonido directo contribuyó a crear una serie de audacias formales en la relación entre la imagen y el sonido de la película que aún hoy resultan innovadoras. La edad de oro fue una de las primeras películas sonoras filmadas en Francia y la primera en explorar conscientemente el impacto de la voz en off.
Pero más que sus audacias formales, sería su irreverencia temática la que provocaría el escándalo de La edad de oro. El segundo filme de Buñuel proponía un tipo de experiencia estética que hasta entonces no se había dado en el cine: la impugnación de los valores y principios de la civilización occidental y la propuesta a una revuelta en contra de lo establecido por la sociedad.
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